Si bien esta receta se replica en otras partes de España, la original, procedente de Castilleja de la Cuesta (Sevilla) en el siglo XIX, cuenta en su masa con un punto de anís que la hace inconfundible. Cabe destacar también que este postre cuenta con la denominación "Especialidad tradicional garantizada" de la Unión Europea.
Las tortas de aceite andaluzas se caracterizan por ser crujientes, pudiéndoles añadir también azúcar espolvoreado, naranja, almendra molida, tomillo, romero o incluso membrillo. Además, su fermentación es corta, de modo que prepararlas no puede resultar más fácil.
Lo primero es calentar el aceite de oliva, la ralladura de limón y el anís en grano en una sartén a 100 º durante unos seis minutos. A continuación, hay que mezclar los ingredientes secos en un recipiente hondo junto a la primera mezcla y al licor de anís.
Una vez la masa se haya vuelto homogénea, se debe cubrir con papel film o un trapo y dejar que esta repose a temperatura ambiente durante una hora o hasta que su volumen aumente hasta el doble a causa de la fermentación.
Tras esto, hay que dividir la masa en unas quince bolas de peso similar. Seguidamente, toca bolear cada porción de masa, aplastarla con la palma de la mano y estirarla con un rodillo, un paso fundamental para conseguir que las tortas de aceite andaluzas sean crujientes.
Por último, solo queda introducir las tortas en el horno, espolvorearlas con azúcar y dejar que se horneen a 220 º durante unos siete minutos.
Ahora que ya sabes cómo preparar unas tortas de aceite andaluzas, no dudes en escoger un aceite de oliva virgen extra de calidad como Oleobercho. De paso, echa un vistazo a otras recetas de nuestro blog.
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