Los expertos alertan: el hígado graso será la principal causa de cáncer hepático en menos de una década. El consumo excesivo de alcohol desde edades tempranas, obesidad o diabetes son las principales causas de esta enfermedad.
Ante tal situación, qué menos que comenzar a cuidar de nuestro hígado como es debido para evitar, en la medida de lo posible, situaciones tan preocupantes como esta.
Y como era de esperar, el aceite de oliva es bueno para el hígado. Muchos son los beneficios que ofrece este elixir dorado para la salud, no solo de nuestro hígado, sino en general. Sabiendo que lo único que puede ofrecerte el aceite de oliva virgen extra son beneficios, ¿a qué esperas para tomar aceite de oliva para el hígado?
El hígado graso
El hígado graso es una patología en la que se acumulan grandes cantidades de grasa en las células del hígado. Cuando esto ocurre, nuestro hígado se inflama y sus células se dañan, afectando a su función y aumentando el riesgo de desarrollar diversas enfermedades, como fibrosis, cirrosis o cáncer de hígado.
Esta acumulación de grasa, que en términos médicos se conoce como esteatosis hepática, puede ser causada por el consumo excesivo de alcohol (en el caso del hígado graso por alcohol) o por otros factores como la obesidad, la diabetes y la alimentación poco saludable (en el caso del hígado graso no alcohólico).
Según la Asociación Española para el Estudio del Hígado (AEEH), el hígado graso ya afecta a más de 10 millones de españoles, de los cuales, 400.000 ya presentan una cirrosis hepático. Y lo más preocupante: 8 de cada 10 jóvenes con obesidad en España sufren la enfermedad del hígado graso no alcohólico.
El principal problema del hígado graso radica en que no presenta síntomas hasta que el órgano está gravemente dañado. La detección temprana y los cambios en el estilo de vida son fundamentales para prevenir la progresión del hígado graso hacia estas condiciones más serias.
Y es aquí cuando se relacionan aceite de oliva y el hígado.
¿El aceite de oliva cura el hígado graso?
Aunque el aceite de oliva no es una cura mágica para el hígado graso, puede desempeñar un papel importante en el manejo y la prevención de esta condición. El aceite de oliva virgen extra (AOVE) es conocido por sus propiedades antiinflamatorias, antioxidantes y hepatoprotectoras, que pueden ayudar a reducir la inflamación en el hígado y mejorar su función.
Propiedades antioxidantes: El AOVE es rico en polifenoles como el hidroxitirosol, que protegen las células del hígado de los radicales libres y el daño oxidativo. Este tipo de daño es uno de los principales factores que contribuyen al desarrollo de la enfermedad hepática grasa no alcohólica (NAFLD, por sus siglas en inglés). Al reducir el estrés oxidativo, el AOVE puede ayudar a prevenir o retrasar el daño hepático.
Reducción de la grasa hepática: Algunos estudios han demostrado que el consumo regular de AOVE puede ayudar a reducir el exceso de grasa en el hígado. Su alto contenido de grasas monoinsaturadas y su capacidad para mejorar el perfil lipídico ayudan a equilibrar los niveles de colesterol en el cuerpo, lo que puede prevenir la acumulación de grasa en el hígado.
Mejora la función hepática: El AOVE también favorece una mejor circulación sanguínea en el hígado y ayuda a regular los niveles de enzimas hepáticas, lo que contribuye a una mejor función hepática en general. Esto es esencial para la regeneración celular y la eliminación de toxinas acumuladas.
El AOVE puede formar parte de una dieta equilibrada que promueva la salud hepática, pero no sustituye a otros cambios importantes en el estilo de vida. Para tratar el hígado graso de manera efectiva, es fundamental:
Adoptar una dieta rica en frutas, verduras, proteínas magras y grasas saludables (como las del AOVE).
Reducir el consumo de alimentos ultraprocesados y grasas saturadas.
Mantener un peso saludable y hacer ejercicio regularmente.
En algunos casos, seguir las indicaciones médicas si el hígado graso está asociado a enfermedades subyacentes, como la diabetes o la obesidad.
Beneficios del aceite de oliva para el hígado
Llegados a este punto, es probable que nos preguntemos hasta qué punto el aceite de oliva es bueno para el hígado graso. Y la respuesta, según múltiples estudios y expertos en el tema, es radical: el aceite de oliva virgen extra es la grasa que mejor conserva el hígado.
Destacado en todo el mundo por su composición, el aceite de oliva virgen extra es rico en ácidos grasos monoinsaturados, especialmente en ácido oleico, y antioxidantes, como los polifenoles. Estos componentes son clave en los potenciales beneficios del aceite de oliva para la salud hepática:
Reduce la esteatosis hepática. Diversos estudios alrededor del mundo hacen hincapié en que el aceite de oliva es bueno para el hígado. El consumo regular de AOVEpuede ayudar a reducir la acumulación de grasa en el hígado, mejorando la esteatosis hepática no alcohólica.
Efectos antiinflamatorios. El aceite de oliva virgen extra se conoce como el ibuprofeno natural, destacando esas propiedades antiinflamatorias que lo hacen indispensable en la salud de nuestro hígado. Esos antioxidantes particulares del AOVE, como la Oleuropeína, pueden ayudar a reducir la inflamación hepática que se asocia con el hígado graso.
Mejora el perfil lipídico. Todos lo sabemos: el aceite de oliva virgen extra es el mejor aliado para controlar las grasas. A pesar de ser una grasa en sí, el aceite de oliva ayuda a reducir el colesterol malo, pero también a aumentar los niveles de colesterol bueno. Por lo que nuestro perfil lipídico, y el de nuestro hígado también, se ve mejorado.
Reduce el estrés oxidativo. El estrés oxidativo, en muchas ocasiones, es una de las causas en el desarrollo de muchas enfermedades, entre ellas, las enfermedades hepáticas. La vitamina E y los polifenoles, presentes en el aceite de oliva, ayudan a combatir ese estrés que tanto daño oxidativo produce a nuestras células, en este caso, hepáticas.
Efectos antifibrogénicos. Algunos estudios sugieren que los componentes bioactivos del aceite de oliva pueden tener efectos antifibrogénicos, es decir, pueden ayudar a prevenir o reducir la fibrosis (que causa cicatrices en el tejido hepático). Existen muchos mecanismos antifibrogénicos, pero en el caso particular del aceite de oliva, este destaca por su papel antiinflamatorio.
Propiedades anticancerígenas. Los expertos ya lo avisan: el hígado graso será la principal causa de cáncer hepática en unos años. Aunque se necesita más investigación, algunos estudios ya han destacado el importante papel que ejerce el aceite de oliva virgen extra en determinados cáncer, como el cáncer de mama. Los antioxidantes y compuestos antiinflamatorios presentes en el aceite de oliva podrían jugar un papel en la prevención del desarrollo de células cancerosas en el hígado.
El aceite de oliva de cosecha temprana puede ser un gran aliado frente al hígado graso gracias a su alto contenido en ácido oleico y polifenoles. Estos compuestos ayudan a reducir la inflamación del hígado, mejorar la sensibilidad a la insulina y favorecer un mejor metabolismo de las grasas, evitando que se acumulen en el órgano. Incorporarlo en cantidades moderadas de aceite de oliva de primera prensada en frío dentro de una dieta equilibrada puede contribuir a mejorar la salud hepática y apoyar la recuperación del hígado graso.
Con todo ello, no queremos hacer apología extrema del aceite de oliva virgen extra. Evidentemente, los beneficios del aceite de oliva para el hígado son inmensos, pero debemos de ir más allá.
Cuando se consume como parte de una dieta equilibrada y saludable, se realiza ejercicio físico de forma regular y se reduce el consumo de alcohol, la probabilidad de sufrir la enfermedad del hígado graso se reduce. Sin embargo, siempre es recomendable consultar con tu médico de cabecera para cuidar de la salud de tu hígado, ¡y de tu salud en general!
grasa, sus propiedades antiinflamatorias y su impacto positivo en el perfil lipídico son tres de los aspectos que todos los estudios y evidencias científicas que han estudiado el papel del aceite de oliva para el hígado han sacado en conclusión.
Un estudio publicado en el Journal of Lipid Research, concluye que el ácido oleico presente en el aceite de oliva virgen extra puede ayudar a prevenir la acumulación de grasa en el hígado y mejorar la función hepática en modelos animales.
Un estudio de la Universidad de Sevilla y otras instituciones, concluyeron el estudio demostrando que la vitamina E y los polifenoles, am
bos presentes en el aceite de oliva, protegen al hígado del daño que produce el estrés oxidativo, causado por una dieta rica en grasas.
Un análisis reciente publicado en Nutrients, confirma que el consumo de aceite de oliva virgen extra se asocia directamente co n una reducción significativa de la esteatosis hepática, lo que mejora los marcadores de la función hepática en estudios clínicos y observacionales.
La Universidad de Zaragoza, ha podido confirmar en un modelo porcino el papel del escualeno para controlar el hígado graso. El escualeno es un lípido vegetal presente en el aceite de oliva virgen extra.
La Universidad de Granada, ha ido más allá y ha comparado el papel del aceite de oliva virgen extra y el aceite de girasol en la salud hepática. Los resultados han sido reveladores: el aceite de oliva virgen extra es la grasa más adecuada para, no solo proteger, sino también cuidar a nuestro hígado. De hecho, el estudio demuestra que el consumo prolongado de aceite de girasol o de pescado afecta al hígado, causando alteraciones que pueden derivar en esteatohepatitis no alcohólica.
¿Es bueno tomar aceite de oliva con limón para el hígado graso?
Como hemos dicho con anterioridad, lo mejor es consultar con un médico en caso de padecer la enfermedad del hígado graso. Sin embargo, siempre podemos coger algún que otro remedio casero para cuidar de nuestro hígado graso.
Uno de los más extendidos es tomar aceite de oliva con limón para el hígado graso, una buena forma de desintoxicar y limpiar el hígado en casa. Si mezclamos los beneficios del aceite de oliva para hígado graso con los beneficios del limón, el resultado te sorprenderá.
Para ello, compra aceite de oliva directo de cooperativa y garantiza un producto saludable y de calidad. Mézclalo muy bien y tómalo en ayunas. Debes saber que su consumo no es contraproducente, ¡pero siempre es recomendable acudir antes a un médico!
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