
Lo primero es saber que las grasas vegetales son básicamente lípidos, un tipo de nutriente esencial. De forma habitual, pueden encontrarse en semillas y plantas. Y a diferencia de las grasas de origen animal, las grasas saludables vegetales no aportan colesterol, siendo además una fuente rica en ácidos grasos insaturados y antioxidantes, muy beneficiosos para el organismo.
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Las grasas vegetales comestibles pueden clasificarse en función del tipo de ácido grasos que contienen. De esta manera, se pueden diferenciar: según el tipo de
Grasas insaturadas: estas son las grasas vegetales buenas y a su vez se dividen en dos subgrupos. Por un lado, las grasas monoinsaturadas, que ayudan a reducir el colesterol malo y aumentar el bueno. Un ejemplo de estas grasas vegetales es el aceite de oliva virgen extra, además de los aguacates y las almendras, entre otros. Por otro lado, las grasas poliinsaturadas son ricas en ácidos grasos esenciales, como el Omega 3 y 6, aquellos que el cuerpo no puede producir por sí mismo. De ahí que sean claves para la salud, especialmente la cardiovascular y la cerebral. Pueden encontrarse en las semilla de lino y chía, en las nueces y en aceites como el de girasol, maíz y soja.
Grasas saturadas: aunque son más comunes en productos de origen animal, ciertas grasas vegetales también las contienen y en altas proporciones. A diferencia de las insaturadas, su consumo excesivo puede aumentar el colesterol. Es el caso del aceite de coco y el de palma.
Grasas hidrogenadas (trans): se producen de forma industrial a partir de aceites vegetales líquidos que convierten en sólidos, como pasa con la margarina o la manteca vegetal. Es el tipo de grasas vegetales menos saludable. De hecho, su consumo se asocia a un mayor riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares.
| Tipo de grasa | Pros | Contras |
| Monoinsaturadas | Son ricas en antioxidantes, poseen un efecto antiinflamatorio y reducen el colesterol malo | Un consumo excesivo de ellas puede favorecer el aumento de peso |
| Poliinsaturadas | Esenciales para la salud. Además, contienen vitaminas liposolubles | Son sensibles a la oxidación si se calientan demasiado |
| Saturadas | Pueden resultar útiles para cocinar | Su consumo excesivo aumenta el colesterol malo, además del impacto ambiental negativo que puede llegar a generar su producción. |
| Hidrogenadas (trans) | Prolongan la vida útil de los alimentos procesados | No aportan beneficios nutricionales y su consumo aumenta considerablemente el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares |
De todas las grasas vegetales que hay, el AOVE destaca por su perfil nutricional ya que no solo es una fuente excepcional de grasas monoinsaturadas, también es rico en polifenoles, unos potentes antioxidantes que protegen el cuerpo frente al daño celular.
Con todo, el aceite de oliva virgen extra se extrae mecánicamente de las aceitunas en un proceso que no hace uso de químicos. De ahí que el aceite conserve intactas sus propiedades saludables.
Cuando hablamos de tipos de grasas vegetales, no todas juegan en la misma liga si quieres una opción versátil para cocinar y también para tomar en crudo, el aceite de oliva virgen extra de primera prensada es un básico. Para platos donde buscas más intensidad (ensaladas, tostadas, cremas), el aceite de oliva picual suele destacar por su carácter. Y si te interesa probar un aceite más “verde” y aromático, el aceite de cosecha temprana es una muy buena elección.
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